Mi hermana quería ir hoy al centro de Harlzbornn, donde se vería con su novio. Para eso yo tenía que acompañarla hasta allá, y yo después me iría a la escuela, donde ayudaría en lo que se necesitara en el laboratorio de física.
Salimos un poco tarde de nuestra casa, y fui yo quien colaboró con el retraso. Al salir de nuestro hogar nos dirigimos hacia la parada del autobús, y tras esperar varios minutos y platicar un pequeño rato de mi sueño que había tenido mientras yo dormía, llegó finalmente la ruta 211-York.
Al haberlo abordado, nos fuimos a la zona poco después de la mitad del pasillo y ella le pedí que se sentara frente a mí (pues yo iba parado), y lo hizo. A lado de ella había un muchacho. Más adelante una persona que iba sentada junto a una mujer se bajó y entonces mi hermana, de manera muy sabia, se cambió de lugar y se sentó en el lugar anteriormente ocupado por el que abandonó el camión. Yo también me moví de lugar al seguirla, pero me mantenía de pie.
Cuando el transporte se detuvo en la parada de Les Tourelles, reconocimos ambos mi hermana y yo a mi amigo Ghern. Cuando él había ya pagado su boleto caminó un poco y luego nos vio. Se acercó con cierta alegría y nos saludó a los dos. Se dirigía a su trabajo en el cine Cinépolis de Citadel.
Me preguntó a dónde íbamos, y le expliqué sobre a dónde iba Adgrét y a dónde iba yo. Cuando me cuestionó el por qué me dirigía a mi Alma Mater le respondí que como auxiliar del laboratorio donde pertenezco, ayudaría en lo que se necesitara en estos días. Después de estos platicamos sobre la última vez que nos habíamos visto, cuando él tenía prisa y no pudo detenerse para saludarme. Yo aquella vez pude darme cuenta de ello, pues tras haberme dejado varios pasos atrás Ghern había comenzado a correr.
Poco después me habló de su mamá, que se irá a nuestro país vecino del norte para visitar a unas primas de ella, y que días después regresaría, aunque sin una fecha fija aún.
Ya nos aproximábamos a Citadel cuando nos despedimos y se bajó del camión. Ahora quedábamos mi hermana y yo de nuevo juntos, platicando. Más tarde pudimos sentarnos juntos en unos asientos detrás de donde ella estaba sentada y con mayor comodidad nos pusimos a conversar de nuevo sobre mi sueño.
Minutos más tarde Adgrét mencionó "¡Mira, la bolsa de ella está bien padre!", y yo jugando vi a la niña que recién había desbordado el autobús junto a su mamá, o abuelita, y dije "Ah, sí. ¿La de Patito?", y ella viendo hacia afuera se rió y me respondió "No, menso", y se vuelve a reir, "Me refiero a la chava que se subió". Ésta era algo delgada, con cabellos sueltos y ondulados, con semblante algo bonita, y con ropas oscuras. Su bolsa, por cierto, era de acabado tipo leopardo.
"Se parece a Antonella, pero en morenita", dije. "Sí, y en emo", comentó mi hermana, y nos reímos juntos.
Salimos un poco tarde de nuestra casa, y fui yo quien colaboró con el retraso. Al salir de nuestro hogar nos dirigimos hacia la parada del autobús, y tras esperar varios minutos y platicar un pequeño rato de mi sueño que había tenido mientras yo dormía, llegó finalmente la ruta 211-York.
Al haberlo abordado, nos fuimos a la zona poco después de la mitad del pasillo y ella le pedí que se sentara frente a mí (pues yo iba parado), y lo hizo. A lado de ella había un muchacho. Más adelante una persona que iba sentada junto a una mujer se bajó y entonces mi hermana, de manera muy sabia, se cambió de lugar y se sentó en el lugar anteriormente ocupado por el que abandonó el camión. Yo también me moví de lugar al seguirla, pero me mantenía de pie.
Cuando el transporte se detuvo en la parada de Les Tourelles, reconocimos ambos mi hermana y yo a mi amigo Ghern. Cuando él había ya pagado su boleto caminó un poco y luego nos vio. Se acercó con cierta alegría y nos saludó a los dos. Se dirigía a su trabajo en el cine Cinépolis de Citadel.
Me preguntó a dónde íbamos, y le expliqué sobre a dónde iba Adgrét y a dónde iba yo. Cuando me cuestionó el por qué me dirigía a mi Alma Mater le respondí que como auxiliar del laboratorio donde pertenezco, ayudaría en lo que se necesitara en estos días. Después de estos platicamos sobre la última vez que nos habíamos visto, cuando él tenía prisa y no pudo detenerse para saludarme. Yo aquella vez pude darme cuenta de ello, pues tras haberme dejado varios pasos atrás Ghern había comenzado a correr.
Poco después me habló de su mamá, que se irá a nuestro país vecino del norte para visitar a unas primas de ella, y que días después regresaría, aunque sin una fecha fija aún.
Ya nos aproximábamos a Citadel cuando nos despedimos y se bajó del camión. Ahora quedábamos mi hermana y yo de nuevo juntos, platicando. Más tarde pudimos sentarnos juntos en unos asientos detrás de donde ella estaba sentada y con mayor comodidad nos pusimos a conversar de nuevo sobre mi sueño.

"Se parece a Antonella, pero en morenita", dije. "Sí, y en emo", comentó mi hermana, y nos reímos juntos.
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