Freitag, 28. August 2009

Una estrella plateada

Hoy cumple años una mujer tan admirable como radiante: Ruth Riley.

Ella se desempeña actualmente en la posición 5 (centro) en las San Antonio Silver Stars, dentro de la WNBA, y de hecho tengo mucho sin saber de ella. Después de que ganó junto con su anterior equipo de Detroit el campeonato contra Sacramento en el 2006, en febrero del año siguiente fue cambiada al equipo tejano de las estrellas plateadas, y cuando me enteré de esto, no lo podía creer.

¡Ruth ya no jugaba en el Shock!
¡Eso sí que me dejó en schock!

Pero bueno, ella es una mujer tan buena y bella, que sus acciones dejen entrever la voluntad de Dios.

Recuerdo cuando la conocí por primera vez. ¡Ay, tiempos aquellos! Fue el día 6 de mayo del 2004. Yo me encontraba terminando ya mi tercer y último año de secundaria, lo cual lo hice de muy buena manera. Mi madre me compró mi boleto para poder asistir al primer partido de la WNBA en México, específicamente en la ciudad de Monterrey.

















La Arena Monterrey fue el sitio de aquel partido entre el Detroit Shock y las San Antonio Silver Stars (en ese entonces, futuro equipo de Ruth, lo cual es algo curioso). Recuerdo que a primera vista los colores clásicos del equipo de Motown me llamaron inmediatamente la atención: azul, blanco y rojo. En un inicio pensé que ellas eran las de San Antonio, pero más tarde me daría cuenta de la realidad. Ahí comenzó mi afición hacia el Shock, y todavía recuerdo algunos nombres como el de Sophia Young, una tal Oyervides, Swin Cash, y otras figuras. Sabía también que la hija del "Cartero", Karl Malone, se encontraba jugando ahí, pero yo aún no la conocía.

Minutos después, antes del juego, vería a una mujer alta, rubia, desde lejos me encantó y su figura se me quedó grabada en mi mente. Su nombre: Ruth Riley. ¡Hermosa!

Al ver la repetición del partido días después en Azteca 7, pude memorizar más de cerca sus facciones y sus movimientos vivos. Yo para ese entonces había devorado imágenes y palabras sobre ella en internet. Yo estaba hambriento por saber de ella. Una mujer más en mi lista de amores platónicos.

Ese día, el 6 de mayo, el Shock, que había ganado su primer campeonato en la temporada pasada del 2003, se llevó los aplausos y la victoria del partido, ganando 75-57 ante las anfitrionas del estado tejano. Un gran juego memorable que nunca olvidaré. Fue el primer partido de baloncesto profesional al cual asistí en mi vida, y qué mejor que una doble atracción: baloncesto y mujeres.

Más tarde vinieron los Juegos Olímpicos de Atenas, donde ella fue elegida para formar parte de la selección femenil de baloncesto que representaría al imponente Estados Unidos de América. Fue acompañada junto con su compañera de equipo, igual de bella y linda, Swin Cash. Al final, ganaron la medalla de oro, como debía de ser, mientras que sus compatriotas caballeros no pudieron sino alcanzar apenas la de bronce, cuando Argentina le ganó a Italia durante la partida final.

Recuerdo haber leído en un post del antiguo blog de Ruth cómo llamaba a ese día en que les fue entregado su dorado sueño: "Golden Birhtday". ¡¿Acaso es no es tan bello?! Recibir la medalla de oro, lo cual significó para tí trabajo y dedicación en equipo y personal, durante años, en tu cumpleaños. Sinceramente, eso fue un regalo y una bendición de Dios.

En aquellos días yo ya estaba estudiando mi bachillerato bilingüe en la Institución, Il Zièdew Abanarins, donde yo me seguiría enamorando de esta princesa del baloncesto, al mismo tiempo que mi corazón descubriría más tarde una constelación que me embobaría durante mi segundo año en la preparatoria. ¡Pero esa, es otra historia!

Cuando ingresé a la universidad en Klairebeaux Mehnarins en el semestre agosto'06-diciembre'06, yo seguía manteniéndome al tanto sobre el baloncesto, y con mayor razón, pues en ese entonces teníamos Cablevisión, donde teníamos gratuitamente el canal de la NBA. Ahí mismo pasaban tanto partidos de la liga masculina como la femenina, partidos antiguos como clásicos y programación anterior o actual de la NBA y de la WNBA. Un canal maravilloso.

En septiembre de ese semestre fueron las finales de la WNBA, donde ví a mis hermosas jugadoras de Detroit ganar ante Sacramento. Yo me emocioné mucho aquella noche. Me dio bastante alegría el ver a Ruth con el trofeo y con un anillo más en sus dedos.

Pasó el tiempo, y después supe por ahí que Ruth ya no jugaba para el equipo de Detroit y ahora estaba en San Antonio. Bueno, no lo puedo negar, me queda ahora mucho más cerca para irla algún día a visitar. Al parecer fue una nueva oportunidad de crecer, y no lo haría sola, pues también se encontraría dentro de sus nuevas compañeras la pequeña, pero muy talentosa, y guapa Becky Hammon, a quien Riley le tiene mucho respeto y estima.

En la temporada de la WNBA del 2008 ambas compañeras junto con las demás lograron llevar al equipo de San Antonio por primera vez a una finales, y esta vez contra un equipo conocido: el Detroit Shock. ¿De nuevo no parece ser curioso? Esta vez, el equipo de Motown se llevó el tercer campeonato en su historia barriendo a las estrellas plateadas en 3 juegos (el mínimo para la WNBA). Esto fue una gran derrota para San Antonio, pero me imagino que debió ser una gran motivación para la actual temporada.


Es así como he conocido a esta mujer tan loable. El día de hoy cumple ella 30 años, y a estas alturas se encontrará feliz con lo que tiene, agradecida primero con Dios, y todavía queriendo más, y no sólo en el ámbito baloncestista, sino también en lo humano, en lo caritativo, en lo espiritual.


Ruth Riley: una de mis heroínas del deporte y de la vida.
Nunca te olvidaré, mi querida Ruth.

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