

¿Y qué es lo que hace encantadoras estas historias? ¡Claro, las princesas! Aquellos modelos a seguir para las niñas, que muestran una imagen limpia y pura, atractiva (de distintas formas) y linda, formando así el rol que una mujer algún día deberá llevar a cabo para formar así una grata familia. ¡Son las mujeres más bellas de cada historia! Desde la huérfana que vive con sus hermanastras y su madrastra, pasando por la hija de un militar que está debilitándose, como también de la niña traviesa que busca conocer más allá de los límites que le son permitidos y busca lo exótico, la hija de un sultán musulmán que está a punto de casarse con un hombre deseoso de ella y de la riqueza de su padre, y sin olvidar a la dama de un reino que huye de su país por envidia de otra mujer. ¡Esas son las princesas!
Pero con el paso de los años estas historias populares han estado tan arraigadas en nuestra sociedad, y no ha faltado la gente que ha gustado de hacer algo más apto para los adultos de lo que era para los infantes. Y así ha sido como han salido a la luz pública (o adulta) algunos cómics relacionados con las maravillosas historias de los hermanos Grimm, pero en una versión gráfica erótica (sin llegar a algún acto sexual). Aunque esto puede ser ofensivo para los niños y los fieles y castos seguidores de las historias de las princesas de Disney, hay gente que sinceramente (sobre todo nosotros los hombres) nos vemos tentados a ver esta nueva dimensión de los cuentos populares.

Pero la industria de los cómics no ha sido la única en llevar a cabo la perspectiva juvenil o adulta de estas historias fantásticas. El cine ha renacido con algunas de estas narraciones, llevando a cabo ya las historias de La caperucita roja y Blanca nieves, pudiendo incluir también la última versión de Alicia en el país de las maravillas.

Y si uno cree que estos cuentos son suficientes para mantenernos ilusionados con respecto a la vida y el amor, la historia y la política actuales nos demuestran que siguen existiendo regímenes y gobiernos comandados por algún rey, emir o jeque, y por lo tanto, siguen existiendo las susodichas princesas.
Basta con recordar a la amadísima Lady Di, reina de nuestros corazones; a la princesa Letizia, la Cenicienta española; la princesa musulmana Basma bint Saud bin Abdulaziz; la recién Duquesa de Cambridge, Catherine Middleton, y sin olvidar a las hermosas princesas de York, Beatrice y Eugenie.
Y aún así, entre este mundo que sigue mostrándonos que las princesas sí existen, y éstas nos demuestran que las historias de amor que se relataban en aquellos cuentos de antaño sí se hacen realidad, hay otras cuantas mujeres que siguen con la ilusión de algún día ser princesas, sino es que ya lo son en su personalidad, y nos dan una muestra de sus encantos y dulzura.
¡Amo a las princesas!
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