Freitag, 2. Juli 2010

Soledad, oh perenne compañera

Una noche más ha pasado, para sumarse al total de las fátigas de mi alma, sufriendo profundamente con este pesar. Los sueños ya no han aparecido con maravillas como solían hacerlo.Mi suerte se ha desvanecido, y me hallo de nuevo vagando bajo las veredas floreadas sin ningún tema en mi mente en qué hablar conmigo mismo. Mi boca ha dejado de decir esas cosas tan fluídas, tan seguras. No, ya no soy el mismo.

Son tantos los problemas por lo que he estado pasando que no me he podido enfocar ni en mí mismo. Sólo dejo pasar el tiempo, quemándome en el silencio y congelándome en el momento. Extraño esos momentos de alegría, aventura y sueños, donde siempre compartía algún espectáculo con un amigo. ¡Oh, los amigos qué son sino elementos de uno! Ahora que no los tengo conmigo, me siento más vacío.

Ahora me encamino a mis adentros, tratando de arreglar todo el desorden de mis pensamientos y comportamientos no ortodoxos de mi personalidad tan conocida. ¿Qué rayos soy? ¿Para qué he venido a este mundo? ¿Realmente soy lo que debería de ser?

Quiero descansar de todo este terrible tormento, pero al mismo momento, librarme luchando, alcanzar un lugar donde mi mente se aclare y entienda los mensajes que la naturaleza me ha enviado.

¡Oh, naturaleza, que presenta en todo estás, ayudádme en mis cuestionamientos!

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen