Mittwoch, 7. Juli 2010

Sobre la guerra entre los españoles y alemanes - Horarios. Parte 1

Al arribar al edificio de la "H" de nuestra escuela de Ekimasce, acompañé a [Edwin] a su aula donde llevan la materia de ingeniería económica, pues ahí estarían varios de mis amigos y compañeros de generación viendo el partido de la semifinal entre España y Alemania. Yo sinceramente apoyaba a cualquiera, pues siento estima hacia ambas naciones.

[Edwin] ya me había comentado durante nuestro transcurso en el autobús hacia la escuela que cuando él salió de su casa el partido iba empatado. Al entrar al salón y ver a muchos de mis compañeros atentos a la acción del juego y tras saludar a algunos, también formé parte de la congregación para disfrutar el partido. Ya quedaban pocos minutos y España iba ganando 1-0.

Finalizó el partido. España logró vencer a Alemania y así llegar a la final contra Holanda. A muchos les gustó, a otros no les gustó. A mí la verdad me fue algo indiferente, pues como ya lo mencioné, sentía prácticamente el mismo respeto y admiración para ambas naciones. España por el momento tiene mi apoyo para la final. Todas estas ideas eran contrastadas en mi amigo [Antonio].

[Antonio] comentó que no le gustó el resultado (algo que suele escuchársele normalmente, especialmente en el ámbito deportivo, como con la Selección Mexicana), pues decía que la afición española no se lo merecía, pues son muy racistas. De acuerdo a esto puedo opinar lo mismo que [Toño], aunque, la verdad, no fue la afición quien ganó, sino el equipo de la Selección Española. Ellos fueron quienes lucharon por el triunfo.

Tras estas pequeñas pláticas futbolísticas y haber saludado a uno que otro amigo, me encaminé hacia mi Laboratorio de Física, donde hallé a mi compañero Dabvio, quien parado estaba viendo la televisión, seguramente tras haber terminado el susodicho juego. Lo saludé y le pregunté qué habían hecho durante el día de hoy. Me respondió que siguieron entregando los materiales escolares. Comentó poco más tarde que el Ing. Mond le recordó el tema del inventario antiguo, pero mi amigo no lo ha encontrado, por lo que tal tarea está pospuesta hasta hallar tal documento.

Después de eso le dije a Dabvio que saldría y justamente cuando iba a decirle a donde, sólo proferí "Ahorita vengo, voy a ..., Ahorita vengo". Había recordado que tenía que investigar en el departamente de la coordinación de mi carrera si me podían proporcionar los horarios para el semestre agosto-diciembre 2010 para el octavo semestre. Al llegar a la recepción donde estaban las dos secretarias, la que se encontraba a mi derecha me dijo que sí los tenía, pero que ya había apagado la computadora. ¡No quiso prender la computadora! El pretexto fue la hora, pues ya mero se iban. ¡Qué gente! Pero me comentó que mañana fuera temprano a pedirlos. Confío en que ellas me los puedan dar sin problemas o pretextos, como el día de hoy.

Volví al laboratorio. Ví a unos cuantos más de mis compañeros y amigos, y luego le comenté a Edwan, con quien compartí proyectos en Métodos numéricos, que ya había encontrado prácticas profesionales. Platiqué brevemente de lo que poco que conozco de la empresa, pues todo lo que dije que todo lo que recuerdo de la única entrevista que tuve hace casi dos semanas. Después de unos pocos minutos, quedé solamente con [Mayra] y Dabvio, cada quien ocupando una computadora. Les pregunté hasta qué hora estarían ahí; Dabvio estaba a punto de irse, mientra que ["May"] estaría todavía casi una hora más. Con sus respuestas me motivé para ir a leer un rato a la biblioteca, a aprender un poco más.

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