Samstag, 29. April 2006

¡Malditos inconvenientes!

¡Ah! Maldita sea, ¿por qué todo va a contra mía cuando más necesito que las cosas estén a mi favor?


Me levanté tarde, pero esto no es un gran factor para mis desdichas de el día de hoy.

Me entretengo y luego decido bañarme y prepararme para salir hacia el centro de Harlzbornn, donde habíamos acordado el maestro Hènnard y yo vernos para que desde ahí nos dirigiésemos hacia Nibelünge, a casa de Nahéem.

Pero para mi gran desgracia, el dinero que había dejado sobre unos libros en mi escritorio había desaparecido. "Me han robado," dije, asustado y enojado al mismo tiempo, "¡y quien me ha robado no tuvo consciencia de los malos momentos que estaré pasando!"

Luego pensé "Tendré que pedir dinero a los vecinos. No tengo de otra." Me alisté, agarré mis cosas personales (cartera, o más bien, papelera, y mi celular) y tomé mis llaves. Abrí la puerta y la cerré.
Caminé ya afuera de mi casa pero aún dentro de los territorios, debido a que tenemos reja afuera.

Busco la llave que abrirá el candado de la verja, saludo a los vecinos que iban de salida, a quienes probablemente les iba a pedir dinero, y para mi otra desgracia, ¡no hallé la llave que abría el candado!


¡¿Qué rayos me está sucediendo?!

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