¡Felices pascuas a todos, amigos!
Hoy resucita el Señor Jesucristo, y hoy es un gran día.
Además de las fiestas religiosas, hoy es un día especial y se los narraré a continuación.
Me dirijo al hogar de Dabvio Nahéem, para luego presentarnos en la casa de mi amiga Adgei Digella.
Mi padre y yo compramos comida para llevar a la reunión de Digella. Y yo, llevo conmigo dos brochas las cuales utilizaré para ayudarles a la familia de Deta a pintar parte de su casa.
Llegué con Nahéem y [Italia], [Zuriel] y [Sarahí], y el padre de la familia, [Leopoldo]. Bonita familia. Los conozco desde hace seis años y medio, y creo que hemos fomentado una buena amistad entre nuestras familias.
Cinco minutos después de espera en casa de [Zuriel], partimos hacia los cuarteles rojos de los Condominios.Llegamos en no mucho tiempo.
Bajámosnos mi amigo Dabvio y yo. Despedímosnos de su familia y encaminamos hacia la puerta número veintidós: Hogar de Zeauxes.
Tardaron en abrir la puerta, aún con más de seis personas dentro de la casa.
Pasaron unos pocos minutos y por fín abrieron.
Efusivamente recibidos fuimos.
Primeramente vi al padre de Adgei Digella, luego a Hossen Deta y Axandren al mismo tiempo, seguido a ellos, a Medam Garnentrès, quien nos saludó de la misma manera atenta y alegre como siempre.
Dejé sobre una parte de un sofá mis pertenencias: mi protector de lentes, mi carpeta de dibujos, y nada más.
Antes del acto, Nedem Garnentrès me preguntó que si me había creído lo de ir a pintar la sala. Todo esto de las brochas resultó inservible, pero nos dió risa a mí y a mi compañero Dabvio Nahéem.
Pasamos al comedor donde se hallaban, primeramente, al fondo, Adgei Digella; Biràcq Delan, el ya escuchado amigo; y una joven; todos comiendo hamburguesas.
Nos sentamos y presentamos yo y Nahéem. Por lo visto, mi compañero tardó en adaptarse a las conversaciones del grupo. Después de un momento, los hermanos de Adgei al igual que ella misma notaron que Dabvio se enfocaba en el juego de computadora que estaba utilizando Axandren Zeauxes.
Le permitieron a mi amigo ir a jugar en la computadora, mientras los demás nos quedamos platicando en el comedor.
[..., se los contaría todo si estuvieramos frente a frente.]
Pasaron las horas, seguíamos divertiéndonos todos, unos minutos alrededor de las 21:30 horas, arrivaron por Dabvio, bajé con él para despedirme de él y su familia.
Marcharon y regresé a los aposentos Garnentrès.
Más tarde llegaron por mí y me despedí de todos.
Por lo visto, fue un hermoso Día de Resurrección.
Platicamos luego. Adiós.
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