Sonntag, 19. Juni 2011

Un domingo para retomar el camino

El día de hoy, domingo 19 de junio, finalmente asistí a misa después de un gran largo periodo en que no lo había hecho, lo cual es gravísimo, y al parecer nunca hice nada al respecto para acercarme pronto a mi novio Cristo Jesús. Pero Dios es misericordioso y perdona a todo quien se arrepienta de corazón de sus malas acciones y se comprometa ante Él a no volver a pecar.

Pues fue así que salí de mi hogar en Laubax ya algo tarde, como a las once y media de la mañana, llegando al centro de la ciudad de Harlzbornn después de mediodía. Tras bajarme del autobús de la ruta 211-York en la acera del templo del Sagrado Corazón de Jesús, caminé por algunos minutos hasta llegar a la Basílica de Nuestra Señora del Roble, esa iglesia siempre tan grande y llena de gente y ángeles, de pecadores y santos.

Lo que me gusta de este templo, al igual que varios en el centro de Harlzbornn, es que hay misas prácticamente a cada hora, de forma corrida, los domingos, desde temprano y hasta la misa de la una de la tarde, para más tarde volver a celebrar la misa a las cinco de la tarde, y así hasta unas horas más. Casi siempre esta basílica se encuentra llena, con gente de todas las edades, sobresaliendo casi siempre las familias, especialmente con hijos pequeños, y los adultos, siendo así los adolescentes y jóvenes una minoría con respecto a los demás grupos, como es de esperarse.

Al entrar al templo y tras santiguarme, fui hacia la "fila de la culpa", a la fila donde la gente se forma para ir a recibir el sacramento de la Penitencia y el Perdón: la fila de la confesión. Me gusta saber que siempre hay gente que busca la reconciliación con Dios en este templo. Lo que no me gusta, es que muchas veces algunos nos quedamos sin haber tenido la oportunidad de vivir este sacramento, pues, a pesar de que hay al menos cinco sacerdotes en tal basílica, sólo pocos están disponibles para confesar. ¡Señor, necesitamos sacerdotes!

No lo puedo negar,

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