Freitag, 28. Oktober 2011

Un milagro deseado pero no esperado

El día de hoy, viernes por la tarde, era un día decisivo para mí. Mi búsqueda de prácticas profesionales se había extendido por casi dos meses y medio, y al saber la tendencia, esto no parecía que tuviese un fin. Desde mediados de agosto yo mandaba mi Curriculum Vitae a distintas empresas o industrias donde solicitaran ingenieros (casi de cualquier tipo, pues había muy pocas empresas que buscaban "practicantes" de ingeniería química), aunque yo no aplicara en el área.

Mi plan original consistía en hablar con mi anterior jefe, [Javier Rodríguez], de [Ökolchem], para pedirle que me ayudara con los trámites de las prácticas profesionales, pues yo ya no había encontrado en estos meses pasados y ya el tiempo estaba muy a mi contra. Les recuerdo que terminé mi servicio social en los meses de julio y agosto de este año, y la idea original era continuar con las prácticas profesionales a partir de agosto, pero por la situación que pasaba la compañía (muy pocas actividades, por lo tanto, pocos ingresos y los mismos gastos), mi jefe me comentó que yo ya no podía continuar en la empresa, lo cual entendí a la perfección, pues me tocó vivir en los meses de junio y julio varios días con muy pocas actividades laborales.

Con esta idea sólo podía yo asegurar cumplir con los requisitos de la escuela respecto a las prácticas profesionales, ¡pero sólo eso! Porque seguramente no habría oportunidad de trabajar ahí mismo, como ya lo comenté. Pasaría sólo algunos meses esperando a que se terminaran mis prácticas profesionales y así continuar con los trámites posteriores para mi futura titulación. Incluso yo ya me había resignado para ser parte de un grupo de personas que se dedican a dar asesorías a estudiantes de mi carrera de ingeniería química. Todo esto para poder ganar algunos pocos ingresos mientras yo realizara mis prácticas profesionales "fantasmas" en Ökolchem.

Yo me encontraba utilizando la computadora en un momento, terminando un reporte de la clase de diseño de plantas II, cuando recibí una llamada a mi celular, pero extrañamente sólo pude ver que tenía una llamada perdida, sin siquiera poder contestar. Segundos después sonó el teléfono de mi casa, por lo que apresuréme a contestar, pues seguramente tendría que ver conmigo esa llamada, seguida de la de mi celular. Efectivamente así fue, la voz femenina detrás del auricular preguntaba por mí.

La persona, tras saber que yo era quien ella buscaba, me dijo cuál era su nombre y de qué empresa llamaba. Su nombre me sorprendió, pues resultó ser una de las empresas a las que yo les envié mi Résumé, pero esta empresa estaba dentro del grupo que buscaba egresados, ¡no practicantes! ¡Vaya que sí funcionó enviarles mi currículo! Luego de conversar unos cuantos segundos, me cuestionó si sabía dónde estaban ubicados, a lo cual respondí que no. Me respondió entonces que su ubicación era Ciénega de flores, lo cual está fuera del área metropolitana de Harlzbornn. Pero pregunté si tenían transporte y me comentó que sí, que sale de las oficinas a las siete de la mañana, entonces dije, muy convencidamente, que no importaba la distancia ni el lugar, siempre y cuando yo pudiera moverme por mi propia cuenta en transporte público para ir y salir de la empresa, lo cual se encontraba dentro de mis posibilidades para este lugar.

Yo desde casi un inicio fui claro al comentar que mi intención era buscar prácticas profesionales, además de estar, todavía, cursando mi último semestre de ingeniería química. Ella siguió con una actitud grata, pues no hizo algún comentario referente a mi semestre, pues ya muchas empresas me han "rechazado" por estar en décimo (último) semestre. Me comentó que lo había comentado con su jefe y que no había problema por tal detalle; me dijo que sí existe la posibilidad de realizar prácticas profesionales con ellos. Como esta mujer, a como yo creo, notó que me mostré interesado, lo cual fue así, me dió entonces unos números telefónicos (¡incluso el de su celular personal!) a los cuales podía yo comunicarme, además de pedirme que averiguara qué papelería y requisitos se necesitaban para tramitar las prácticas profesionales. ¡Qué genial!

Fue tan humilde de su parte preguntarme si por mi no habría algún inconveniente de que realizara las prácticas profesionales con ellos por un período de seis meses. ¡Claro que no lo es! Acordamos hablar por teléfono hoy mismo por la noche. Yo le hablaría a su celular a las nueve y media, pero le envié un mensaje por celular a esa hora pidiéndole autorización para hablarle unos minutos más tarde, pues en ese momento yo aún no llegaba a mi casa.

Al arribar a mi casa y saludar brevemente a mis padres, subí directamente hacia el cuarto de mi hermana donde está el teléfono, y le pedí que me lo permitiera usar. Sin más distracciones ni obstáculos, le hablé a esta mujer y pudimos así comentar sobre los detalles de la papelería que yo necesito. Yo, para asegurar todo, volví a indagar sobre la posibilidad de realizar las tan deseadas prácticas profesionales con ellos, a lo cual me confirmó que no habría problema, que sí existe la posibilidad. Esa declaración me puso muy feliz.

Acordó en que el lunes ella me mandaría un e-mail para aclarar los detalles de nuestra entrevista el martes por la mañana. La idea era que yo fuera a las oficinas, de donde sale el transporte hacia la planta que está ubicada en Ciénega de flores. Allá veríamos el detalle de cómo regresarme a la zona metropolitana. Tras esta grata conversación y un agradecimiento, nos despedimos. ¡Qué maravillosa oportunidad se me ha presentado!

¡Justo el día que yo pensaba abandonar mi búsqueda y acudir con mi anterior jefe para que me ayudara con la papelería sucede lo inesperado! Una empresa, interesada en mí, me habla para decirme que sí puedo realizar prácticas profesionales con ellos y que no tienen ningún problema en que yo vaya en mi último semestre y esté apunto de concluir mis estudios en diciembre. ¡Me encantó esta mentalidad que tuvieron!


¡Gracias Dios! Pues, cuando yo ya estaba a punto de darme por vencido, tú siempre me escuchaste, aún en mis oraciones sin tanta constancia, y supiste cuándo era el momento. Tu paciente respuesta ha podido colmar mis más agitados deseos. En concordancia con mi lema de este semestre: Supiste guardar para mí lo mejor para el último momento. ¡Te amo!

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